Día de la Biblioteca: “Cuando la lectura deja de ser por libre elección y afición, se convierte en una losa pesada”
La Biblioteca Pública
de Guadalajara no deja de sorprender a conciudadanos y llegados de otras
latitudes con su propuesta cultural para abuelos, padres, madres y menores
Llega el otoño y las bibliotecas públicas renuevan sus servicios a las
familias. Es el caso de una de las entidades referentes en España en este
sector, la Biblioteca Pública de Guadalajara, que desde principios de los años
ochenta del pasado siglo no deja de sorprender a conciudadanos y llegados de
otras latitudes con su propuesta cultural para abuelos, padres, madres y
menores. Una opción para amar la
lectura para menores y adultos en este Día de la Biblioteca.
Durante el estío cambia la programación del resto del año por una de
temporada basada en talleres que fomentan la escritura y la cultura en los
pequeños nos comenta su director, Jorge Gómez: “Tenemos
la Jornada Fin Express, que consiste en transformar
la biblioteca en un escenario de rodaje. Por la mañana se juntan personas que
participan en el taller desde jóvenes de 6 años a adultos, y se produce un
rodaje. Elaboran guiones, interpretan papeles, se encargan de la producción de
un cortometraje. Al final de la jornada se puede montar e incluso estrenar.
Otro taller es de Periodismo infantil para
acercar a niños entre 8 y 12 años a la redacción de un periódico: seleccionar
las noticias, verlas desde un punto de vista crítico, redactarlas, maquetar el
diario. Siempre intentándole dar un contenido informativo y cultural. O un
taller de Teatro en familia en el que
participa un menor con un adulto, y aprenden los primeros pasos en el mundo
teatral: expresión oral, expresión artística y corporal”.
La adolescente Carla Galindo ha
crecido desde su niñez rodeada de un ambiente familiar que fomenta la lectura y
otros hábitos culturales. Sin imperativos de sus mayores, fue captando la
riqueza de leer y empezó a bucear entre libros de sus padres y de la biblioteca
de su abuela. Ahora, como millones de jóvenes de su generación, tiene a mano
una biblioteca global que le ofrece Internet.
¿Qué pros y contras se encuentran esos mozalbetes para
disfrutar de la afición lectora?
Desde la perspectiva de Galindo las
oportunidades están “en disponer junto a casa de un Centro Cultural con
biblioteca. La uso porque me gusta el libro en papel, y aporta mucho al lector
porque tienes disponibles muchas obras. El hecho de irlo a buscar, de mirar en
las estanterías, de devolverlo, te lo hace personal”. En cambio, ella como
otros adolescentes también ve el matiz negativo que hay en nuestro tiempo:
"la barrera que en los propios centros educativos se establece entre los
niños y los textos obligándolos a leer. Cuando la lectura deja de ser por libre
elección y afición, se convierte en una losa pesada".
¿Cómo superar esta dinámica?
La propia Galindo nos transmite las
opciones que aporta su generación para que los menores vuelvan a sentir los
libros como compañeros cotidianos: “Tiene que salir de uno mismo, tener
inquietudes y querer descubrir cosas. Cada libro que lees es como una nueva
aventura. También ha de salir de tu familia que te lo inculque sin obligación,
sino como una manera de pasarlo bien y disfrutar”.
La Biblioteca de Guadalajara fue la primera en crear clubes de lectura en
España hace ya casi cuatro décadas. Cuenta con cuarenta para todas las edades,
y en varias lenguas: español, inglés y francés. Pero ante la nueva temporada
que ya ha comenzado este otoño ofrece una curiosa innovación que ya se
experimentó el año pasado: las Jornadas de animación a la
lectura, la tiza. ¿En qué se fundamentan?
Gómez nos describe que su filosofía y dinámicas “están enfocadas en tres patas que vinculan todo el
entorno de la lectura con todos los que participan: la biblioteca, el centro
educativo, y la lectura en familia en casa. Habrá personas muy relevantes que
animarán a vivir la cultura. Escucharemos a varias autoras que son Premios
Nacionales de Literatura Infantil y Juvenil, o Premios Nacionales de
Ilustración, para contarnos su trabajo, y cómo es el punto de vista del
creador, de esa persona que genera contenidos para los más pequeños y para
disfrutar la mayor parte de las veces en familia en el entorno del hogar. Se
dirigirán a un colectivo muy heterogéneo: profesores, bibliotecarios, padres,
madres, familias, personas de las AMPAS, para acercarles algo que no se ve tan
de cerca: cómo puedo ayudar y fomentar el gusto por la lectura desde niños de
cualquier edad hasta los jóvenes”.
Y es que cuando no se ha experimentado el disfrute de una buena tertulia
entorno a una obra, se produce una sensación extraña entre quienes lo viven por
primera vez. Una de las carencias de los sistemas educativos en nuestra época
radica en transmitir información sobre las tertulias del siglo XIX o del primer
tercio del siglo XX y en las que participaron literatos, científicos o artistas
relevantes, pero no hacerles vivir a los adolescentes esa experiencia. Por eso
a Galindo y a sus compañeros que han participado en
el certamen literario nacional de relato corto, les ha sorprendido vivir una
tertulia en plena Residencia de Estudiantes de la Institución Libre de
Enseñanza. Aún se emociona la joven al
revivirlo: “Nos venían escritores a explicarnos sus libros y a conocerles.
Muchos de ellos convirtieron esos encuentros en tertulias para hablar de los
autores y de las obras que habíamos leído, de los tipos de libros que nos
gustan. Reunirse para mantener una tertulia entre jóvenes, puedes pensar que
igual puede ser aburrido, sin embargo, yo que no había estado nunca en una,
luego descubres que es amena y muy divertida. Aprendes porque te recomiendan lo
que no conocías y te interesa. Ese tiempo que pasábamos entorno a libros y
autores resultó muy grato”.
Otra de las peripecias que ilusiona a la juventud y a la infancia es vivir
un día en un lugar emblemático. Eso lo viene ofreciendo la Biblioteca de
Guadalajara desde hace unos años, abriendo su edificio palaciego del siglo XVI
a familias y menores durante una noche. Es la Noche mágica de la biblioteca que
se celebra cada 24 de octubre. ¿En qué consiste? “Invitamos a niños y niñas y a familias
a pasar la noche en la biblioteca, que vengan a dormir con un saco y a
descubrir lo que sucede en una biblioteca cuando cierra las puertas. Es algo
muy llamativo, van pasando la noche en pijamas junto a sus padres, descubriendo
lo que pasa en la biblioteca y que no puedo desvelar porque es secreto”, nos
narra con complicidad su director. Desde hace 27 ediciones, el Seminario de
Literatura Infantil y Juvenil con sede en la Biblioteca alcarreña celebra
un Maratón de cuentos durante casi tres jornadas en
junio que se ha convertido en un referente del género en el mundo. Reúne desde
abuelos a nietos y familias durante las 24 horas del viernes a la tarde del
domingo, creando una experiencia que sorprende a sus organizadores,
participantes y espectadores.
¿Qué magia encierra y se transmite de generación en
generación?
Desde la óptica de Gómez: “Mucha
gente cuando no conoce el Maratón nos pregunta si es un festival para niños, y
desde siempre estamos negándolo. Pensamos que el cuento es mucho más universal
y conquista a todos, de hecho, hay momentos para cuentos más infantiles, otros
que no tanto, y en especial las noches que son para adultos en cuanto a lo que
se narra en el escenario. Hay sesiones que encantan a niños que en teoría son
para mayores pero les conmueve e interesa. Igual que muchos adultos disfrutamos
de escuchar cuentos infantiles porque las historias cuando son buenas y están
bien contadas, son universales”.
Esa universalidad es la que busca Carla Galindo cuando
mira al mar y observa a la gente. Se fija en sus comportamientos, en el
ambiente que se genera entorno a la arena y las olas marinas. Le resulta
divertido. Y cuando regresa a su ciudad de Salamanca hace acopio de todo ese
material recopilado para dar rienda suelta a su imaginación “imagino relatos
con situaciones que me gustaría que sucedieran, y también otras que no quisiera
que sucedieran, y las puedo plasmar a través de personas en las que las veo
reflejadas. Es a veces también una forma de desahogarme”, así vive su
incipiente vocación literaria la zagala.
El encuentro de la paz a través de la escritura tiene su cara
complementaria: el hallazgo de ese sosiego mediante la lectura de un buen libro
que ayude a calmar las inquietudes y dudas de la existencia. Por eso, ante las
preguntas y preocupaciones que los menores se vienen formulando en su día a
día, la Biblioteca de Guadalajara ofrece “el ratón cartero que
es un servicio postal que recibe cartas de niños que le piden ayuda para
resolver problemas que tienen. Luego les invita a leer libros que les pueden
orientar en esa duda o en ese problema que puedan tener”, nos apunta Gómez.
Font : El PAIS
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