VIEJAS PROFECIAS DE JUAN DE MAIRENA
Para combatir el imperialismo, es decir, las
ambiciones desmedidas y forzosamente homicidas de las plutocracias, empecemos
por arrojar nuestro Imperio a la espuerta de La basura. Después, con las armas
en la mano, las armas que ese imperio nos obligó a empuñar para que le
sirviéramos, vamos a servirnos a nosotros mismos y, de paso, a la humanidad entera,
proclamando nuestra voluntad de estructurar y de construir un orden social más
en armonía con nuestras fatalidades y con nuestra libertad, con nuestras necesidades
y con nuestras aspiraciones. Desde entonces se habrá iniciado el ocaso, no
precisamente de las revoluciones, si no, por el contrario, de las guerras
imperiales y nacionalistas, porque toda guerra estará ya más o menos complicada
con la Revolución. En el camino de esas nuevas guerras, más o menos
catastróficas, pero desde luego menos vacías — lanzas contra escudos — en que
todo el mundo va a saber por qué y para qué se lucha y hasta para qué se
engendra, el arte tomará una actitud profundamente humana. ¿Surgirá un arte
nuevo? Esa pregunta, sobradamente inepta, carecerá de sentido. Porque lo
primero que ha de borrarse con una esponja empapada en la vieja sangre de los
hombres, es el prurito de discontinuidad y de creación ex -nihilo que se
engendró en una post-guerra embrutecida y desorientada.
ANTONIO MACHADO
24. 8.1938
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