19 de juny 2017

CULTURA|S
Catalán-castellano, diálogo discontinuo
·       En Barcelona y en Catalunya coexisten, al menos desde el siglo XV, dos lenguas de creación literaria. Los autores de ambos grupos, con fronteras muy imprecisas, han tenido épocas de mayor y de menor proximidad. ¿Cuál es la situación en el momento actual? Dibujamos un panorama
·       ÁLVARO COLOMER

·       El pasado 2 de diciembre de 2016, con motivo de la concesión del premio Cervantes Eduardo Mendoza, el columnista de La VanguardiaFrancesc-Marc Álvaro publicó un artículo de opinión, titulado Un Mendoza desconocido, en el que rememoraba ciertas tertulias de escritores organizadas hace ahora “quince o veinte años” por Xavier Bru de Sala. En dichos encuentros se daban cita autores barceloneses que ejercían su labor tanto en lengua catalana como castellana (“para hacernos una idea de lo que fue, diré que asistían elementos tan diferentes como Félix de Azúa y Miquel de Palol”) y que entretenían las veladas debatiendo sobre todo tipo de asuntos y, por qué no decirlo, divirtiéndose de lo lindo. O al menos así lo recordaba el periodista en un artículo que, de repente, cambiaba bruscamente de tono para acoger una afirmación que acaso requiera de un análisis más profundo: “Supongo que un encuentro de estas características sería inimaginable hoy”.

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